Bajo crudo y gorra plana. Dbeat de puño americano y que se dispare el pistoletazo de salida al retorno del emblema Madriz Hardcore.
Es Proudz lanzándole de vuelta riffs en forma de vísceras a un nuevo mundo que como ellos bien recuerdan, arde entre las ruinas que caen. Lo que suena y revienta el altavoz es su nuevo disco, que trae por nombre “Cuando Todo Este Perdido“, y regala 2step de escuela para su apertura “En el Destierro“.
Los mejores breakdowns de la historia del hardcore del estado le pertenecen a Proudz. Son suyos, no hay más, y quien se atreva a intentar emularlos debería pedir autorización. Así arranca, con sabor amargamente Madball, el segundo corte llamado “Entra Goliat“. Y es que es verlo entrar en el pit y se esconden los “Davides”.
Pelear y vencer, Proudz hace arder su pasado con un sonido pulcro, intenso, de reminiscencia Hatebreed en el puto Satisfaction. “Dejad que ardan” es un manual del Hardcore, de bajos y bombos marcando en cortes las entradas de guitarras que invitan a bailar y levantar puños en el pit.
Hip Hop del macarra, del que mejor le sienta al Hardcore. Puro Madriz en “La Fortaleza De La Soledad” donde se asoma en sentimiento desde el esputo de los Nueva Ética del Inquebrantable hasta los Deez Nuts del flow más reciente del género.
Cara en el barro “En la noche más oscura” para más piedras 2step de este disco que no da tregua ninguna. Melodía para estribillos coreables de energía Devil In Me. Un breakdown dispuesto a apretar gatillo y la piel preparada para rajar cristales.
Autocrítica honesta en “Somos Luces y Sombras” y una canción que mantiene la rabia deshumanizada que evoca el título de este disco. Alucinantes cambios de intención en el Hardcore de Proudz que ofrece muchos matices de nueva escuela en cada corte que utilizan para hacer crecer este álbum de manera exponencial.
La joya llega con “La Bestia que hay en mi“. Me atrevería a mentar el cabalgar de Motorhead en un groove de motocicleta y rugido de carburador. Pitbulls alados acompañando estribillos decadentes propios del rock&roll. Una sorpresa de canción que hace que se transforme en mi favorita del álbum en el momento que aparece el tremendo breakdown que la cierra cuál fade out emocional.
Zapatilla de puro punk de cresta y rata para “Jauría“. El tema más rápido del disco aparece en el ocaso del tracklist para ofrecer un acelerón incombustible a un Proudz añejado con buen gusto.
“Elegidos para la gloria” nace con pasta de single. Izado al cielo de la mano del feat. de Rubén Aragonés Guerrero (La Inquisición) que le da un estribillo de abrazo y festival. De los que sabes que con apenas unos meses en abierto ya formarán parte de la historia del hardcore estatal.
Hasta que se nos va este disco jodidamente intenso. Lo hace de la mano de “La promesa“. Oro puro, dorado como él solo, diamante que vuelve a brillar para recordarte la esencia incombustible de la que procede este Madriz Hardcore que marcó años en la ciudad que nos pertenece. Un disco recio, duro, de hardcore y nada más.
Han vuelto los reyes. Ha vuelto Proudz. En pie.