Llacuna – Incendis

Llacuna - Incendis

Valoración: 8,5/10

Mejor track: L'altra cara de l'Albera

Acabo de volver de una fiesta bastante particular. Tengo un pedo del quince. Os cuento un poco, porque ya desde el principio todo fue bastante turbio. La tarjeta no ponía mucha información. El arte prometía si acaso cerveza tibia y algún fuego artificial. Ni tan mal. Me animé y me puse guapo, me dejé bigote (solo bigote), camisa blanca, tirantes que se levantaban desde el pantalón, gomina y raya al lado, mis gafas de pasta partidas, con cinta de carrocero entre los ojos para no perderme nada. Me chuté un par de almax, “pa’ hacer película en la tripa”, que uno está mayor. Con este look lo peto fijo, pensé. Y acerté. El anfitrión era Llacuna, la dirección ponía “Cumpleaños de las Incendis, si escuchas alegría, entra sin preguntar”.

Y así entré, con “Flor Tardana”, confeti hecho canción. Melodías que intentan ponerte triste y consiguen todo lo contrario, la clara definición de un emo noventero bien conseguido. Redobles de cajas rebeldes para dar la entrada a una voz gastada de tanta fiesta y depresión. Entro en la fascinación y me dejo llevar, ya estaba dentro. La noche era mía.

L’altra cara de l’Albera” fue la primera de las muchas cervezas que cogí, metiendo el brazo hasta el fondo del barril, agua helada y hielo a medio deshacer. Un hormigueo a base de trompeta que me caló hasta el fondo de los huesos, un auténtico festín de buen rollo y colegueo. “Necesito ser amigo del creador de estos acordes”, pensé. Dicen que la primera birra es la que mejor entra, pues es verdad, estaba de frente al puto single de este discazo con todas las letras.

Con “Rei de la Nit” ya empecé a perder la vergüenza, lo empezaba a petar. Menuda mala leche, ¿a quién se le ocurre abrir un estribillo con ese redoble tan petado de flow? Piedad ninguna. La peña se empezaba a chulear y a sacar estribillos tupa tupa para animar la fiesta. Me descamisé, me puse a bailar, estaba en mi salsa.

Todo empezó a ir cuesta abajo cuando me presentaron a las gemelas “Incendis”. ¡Menudos pibonazos! “Es nuestro cumple”, me dijeron. Claro, son gemelas. Me pregunté si era real lo que estaba viendo, quizás a esa altura de la fiesta era que empezaba a verlo todo doble. Pero no, eran dos. La primera era muy elocuente, de estos pibones que gustan a la vista pero poco más, dela segunda me enamoré, era sensible, reservada. Se quedó conmigo un rato, hasta me trajo un copazo de trompetas que me hizo subir la alegría al cerebro, me ofreció cortes de guitarra acompañados de una batería muy atenta, menuda mezcla, un canapé de emociones que me hizo resbalar sobre un suelo mojado de birra. Tercios llorando espuma al cielo, espuma de cañas volando en slowmotion, mangas de jersey empapadas de buen rollo, fiesta de las buenas. Y las gemelas encima haciendo coros, y yo me enamoraba de una de ellas, deseando ponerla en replay en el altar, mientras las gafas se me empañaban de felicidad.

Menudo fiestón, de verdad. Se me acercaron para decirme que la siguiente nos la tomamos “Entre las Canyes de l´Arundo”. No potes, por lo que más quieras, no potes. Son tus nuevos amigos… ¿qué van a pensar? La voz se les empezaba a romper un poco de tanta fiesta. Este tema era muy loco, unos atrevidos estos tipos, pasando de estrofas, hagamos una canción que sea un estribillo eterno. Unos listos. ¿Cómo se hace eso? Ni puta idea, cogéis y se lo preguntáis a Llacuna.

Exaltación de la amistad en “La Lluita de Classes”, nos abrazamos, nos miramos con los ojos fuera de las cuencas y nos dijimos a medio tiempo y bajando bpms, un sincero: “Te quiero, tío” Aunque quizás al final del disco olvidemos esta canción, en su momento fue de verdad, nos queríamos.

Empezó a dar el alba por las calles catalanas, el pedo ya era de campeonato, pero todo podía ir a peor, estaba claro. Había llegado la hora del Parkour. Haciéndome el acróbata entre puentes que ascienden por lo bajini, con cajas que susurran redobles para que no te des cuenta de que se viene el follón, guitarras que se levantan en un solo alcohólico en el que el sentimiento se folla al virtuosismo … Pues justo ahí tuve que venir a hacer el chulo. Me di “Una Bona Hòstia” contra el suelo, pero prefiero olvidar ese momento.

Me despedí, o eso creo. Lo típico, llevaba dos calles dando tumbos por Barcelona totalmente solo, con el sol en la cara, la camisa llena de lamparones de ve tú a saber cuantas bebidas, y me pregunté: “¿Me he despedido?” Un clásico… Para resarcirme, les saludé mentalmente, mirando al cielo, “L’única connexió en horitzontal” que me permití esa noche, uno de los últimos estribillos de los que estoy orgulloso de haber bailado, sobretodo en ese momento en el que el bajo no te deja escapar de la canción y todos corean un pre-estribillo de arrepentimiento con la boca seca. Así iba, cantando solo por la calle, y sé que mañana me arrepentiré, pero ahora mismo me siento el puto amo.

No sé como volví a casa. Me tumbé en la cama, todo me daba vueltas. Intenté recapitular con “Cos a cos”, hacía mucho que mi cama no flotaba de esa manera. La música parecía darme un respiro. Una canción característicamente bonita, un buen hostión de estribillo, recuerdos como flechas, me arrepiento de unos cuantos bailes en ese momento.

Me voy quedando dormido, no puedo abrir la boca, una “Mordassa” de resaca no me deja decir nada. Pero no me quejo, dejo hablar a ese redoble de batería que me despide como me recibió, de manera cordial, dicharachera, divertida. Había venido a pasármelo bien, y así fue. Dejo que esta última una canción instrumental me invite a descansar tras un reflexivo pensamiento final: “Los putos Llacuna sí que saben como montar una buena fiesta. Serán cabrones…” 

Editado:

Pundonor Records, Bcore, Saltamarges, La Agonía de Vivir, CGTH Records

Fernando Lamattina

Fernando Lamattina

Fer es guitarra en SVDESTADA (Madrid Neocrust / Post HxC) y llora a menudo en HOY ES SIEMPRE TODAVÍA (Madrid y Sevilla Post HxC). Edita discos de emo y screamo en PUNDONOR RECORDS. A través de DIYTOPIA COLLECTIVE participa como co-presentador en "Diytopia Podcast", realiza reviews de los discos DIY más novedosos, presta su sofá siempre que puede, y hace desayunos de escándalo a las bandas que pasan por Madrid. No se gana la vida con nada de esto, puro amor al DIY.

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