Hoy Es Siempre Todavía – Satori

Hoy Es Siempre Todavía - Satori

Información

Diseño por The Braves Church
Fotografía por Carlos Meira & Co.
Grabado y mezclado por Carlos Santos en Sadman Studios
Masterizado por Brad Boatright en Audiosiege

Satori” es la narración desordenada de una caída y resurrección personal dentro de un proceso depresivo. Un tracklist aleatorio, que si pretendiera ordenarlo como quien ordena los capítulos de la historia con instrucciones, quizás diría que todo empieza y estalla en la situación narrada en Aguacalma. Quizás diría que hay un bache profundo de autodestrucción en Inercia y Hojarasca. Quizás también que hay mucho aprendizaje sobre lo inoportuna de las falsas segundas oportunidades en Bandera Blanca. Pero quizás también hay mucha salida a flote y revelación espiritual, en canciones como Carnehueso, Arrecife, Posdata, o la misma Satori que da nombre al disco.

01. Epítome

“Vengo a rendirme a la verdad.
Vengo a quemar mi cuero.
Vengo a calmar la tempestad.
Descarrilar, si quiero.
A ser otoño en enero.
A contemplar un arrecife nuevo.
A decirle “Satori” a mis miedos.
Despedirme para empezar de cero.”

El disco arranca con una una lista de temáticas a acometer, un simple aviso, que frase a frase, te adelanta el mensaje que te vas a encontrar en este disco.

02. Bandera Blanca

“Ya probé ser la luz de su estampa.
Ya intenté ser sombra de su estructura emocional.
Diseñé su despertar y fui coseno de sus miedos.
Me multipliqué en un idílico sueño plural.

Voy a pedirle otro segundo a aquel reloj,
al que me deja mendigar la paz.
Y si la respuesta es una excusa más,
no me pienso preocupar…
¡Bandera blanca!

Seré anfitrión de la ilusión,
de la posibilidad de volver a ser dos.
Aunque se maquille como nueva decepción
y se desvista para mí, al igual que lo hace para vos…

Yo también lo hice mal, lo reconozco.
Tenía miedo de aquellos pelos blancos en mi sien.
No quería perder y aposté bastante mal,
mientras acunaba a aquel bebé.

¡Bandera blanca!

Ya probé el armisticio adecuado.
Ya aprendí que perdonar no es olvidar.
Ya aireé mis miserias en mis letras.
Fui y volví del orgullo.
Desescalé mi vergüenza.

Seré anfitrión de la ilusión,
de la posibilidad de volver a ser dos.
Aunque se maquille como nueva decepción
y se desvista para mí, al igual que lo hace para vos…

Voy a pedirle otro segundo a aquel reloj,
al que me deja mendigar la paz.
Y si la respuesta es una excusa más…

¡Bandera blanca!”

Este tema es el análisis y repaso de un amor tóxico como el que todos hemos tenido alguna vez. Ese “pseudo-amor”, que aunque tiene un cariño personal innegable, está basado en dependencias emocionales que poco tienen que ver con el respeto y el quererse mutuamente de verdad. Esta canción no echa culpas a nadie, y hasta tiene un punto de autocrítica. “Aprendí que perdonar no es olvidar” dice en algún sitio, esa frase resume muy bien la sensación general de la canción. Bandera Blanca es una especie de rendición a esa toxicidad, aceptar al muerto y dejar de intentar reanimarle, enterrarle y continuar camino.

En su poesía técnica tiene un punto muy divertido. Cuando escribía esta letra recordé una sensación particular: la de solucionar una relación como si se tratara de una operación matemática en la que hay que saber despejar la X. Y si os fijáis, hay algunas referencias matemáticas en la letra “el coseno de sus miedos” “me multiplique en un idílico sueño plural

03. Carnehueso

“La veleta de mi convicción,
la que ignora displicente el viento a favor.
La paleta de colores de mi ego,
la que pinta a su antojo mi cerebro.

Monocroma con contraste al cien,
el brillo muerto de quién fui.
Los naranjas apagados de mi piel,
mi vulgar exposición.

La ilusión de la atención,
calcular periodos de devolución,
exigir al tiempo sus garantías.
Filosofías que están vacías…
Y eliminar publicación.
Escribir una canción y decirle al tiempo
que ya ha pasado, que estoy contento…
Pero no es cierto, solo hay momentos, alegrías que son inventos.
Crear recuerdos, tener un sueño y volver al ruedo.
Subir muy alto y caer al suelo.
Para esta fiebre ya no hay remedio.
Echo de menos ser carne y hueso…

¡Carnehueso!

Echo de menos…
Poner de nuevo el contraste al cero (¡carne!).
Abrir el brillo de mis recuerdos (¡hueso!).
La piel naranja fundirla al negro (¡carne!).
Quitarme exposición…

Sé que puedo prescindir del “yo”, sé que puedo…

Voy a enseñar las cartas, dejaré de ir de farol.
Pararé la venta de carnada, de sugerir lo que no soy.
Seré más que todo eso, abriré la jaula, soltaré al preso.

Voy a inventarme otra razón, descomprimir esa presión.
Y dibujar la senda, soltar las riendas,
pedir clemencia, resistir la inercia.
Redactaré mi redención.
Voy a atar mi convicción y será mi decisión, porque de mí depende. Dueño de mi mente, un sueño pendiente, un miedo latente,
caigo de repente… ¡Y no!
No me vuelvo a levantar.
Si la foto se ve bien, no dará otra vez igual.
Cojo la oportunidad de dejar la oscuridad, de ser carne y hueso…”

Carnehueso representa un anhelo social de decrecimiento. Un anhelo de volver a ser como éramos antes de esta hiperconexión nociva y exposición frívola que estamos viviendo con las redes sociales, y que nos hace olvidarnos a diario de lo que de verdad importa. En el conjunto del disco, entra como crítica a la exposición que acometemos enseñando a la galería falsas felicidades, aparentar para intentar generar sensaciones en el espectador, el vaciarte por dentro a cambio de un segundo de tranquilidad ególatra.

La poesía técnica de esta canción esta pensada en clave de “la edición de una foto”, los filtros de la realidad… Así se pueden ver referencias como “los naranjas de mi piel”, “quitarme exposición” “abrir el brillo de mis recuerdos” “poner el contraste al cero”. La letra le ruega a la vida un verdadero #NoFilter.

04. Aguacalma

“Está perdida en su pena,
es la princesa de un cuento distópico.
Le prometieron el oro
y le trajeron migajas en un plato romántico.
Entrenó hasta las tantas
y le pidió al míster su titularidad.
Sigue comiendo banquillo,
está pidiendo permiso para que la inviten a jugar.

Se apostó lo más grande…
Una familia, se apostó el calor de nuestro hogar.
El fallo fue muy simple, suele ser algo muy habitual
confundir pasión con tempestad.

Las mañanas vacías, las terrazas inertes.
Notificaciones absurdas que dicen
que no hay novedad en el frente.
La catarsis eclipsando la belleza del caos,
el saber que le han estafado.
Que algunas respuestas le faltan
y que aceptó maremotos que la han sepultado,
que abandonó mi agua calma…

Y ahora el Sol salió,
la tormenta terminó.
La orilla la humilló,
¡y nadie la rescató!
El fuego se apagó
y sola se quedó,
sabiendo que aprendió
¡que el ruido no es amor!

Se fue de rosas el bufón
que lleva como hiena mi albornoz.
El que a mis guitarras despreció,
las que en el rellano me dejó,
las que escriben notas para esta canción.
Crudos estribillos, ácidas estrofas,
versos que se anudan en mi voz
con métricas repletas de razón.

Mi pluma no la condena.
Las líneas que contemplas van carentes de rencor.
Me apena su deriva,
da tristeza verle gris el corazón.

Y ahora el Sol salió,
la tormenta terminó.
La orilla la humilló,
¡y nadie la rescató!
El fuego se apagó
y sola se quedó,
sabiendo que aprendió
¡que el ruido no es amor!”

Esta canción es muy explícita. Es una narración muy punki y sin pelos en la lengua de la catarsis del disco. Prefiero no profundiuzar mucho más en ella. Simplemente dejar la reflexión de que el “amor” tiene muchas caras, y se esconde de maneras insospechadas, “el ruido” es una de ellas. Cuidado con ello y que el “amor” no te engañe.

05. Inercia

“Han vuelto a aparecer las malas compañías.
No dicen “buenos días” y me vuelven a hacer descarrilar.

Con su póker de promesas se llevan el bote del control.
La apuesta ya no es segura si no madura el corazón.

¡Y volveré a decir que sí!
Hacerlo bien ya está de más.
¡Y volveré a decir que sí!
Se me da bien descarrilar.

Todo es cuestión de prioridad.
Si la caligrafía le gana a la palabra,
dejaré de entrenar filosofías
y el pulso será el autor.
Cuestión de clase.
La inercia manda.

Jugar a colorear,
con una acuarela pintar la realidad.
Volver a fallar,
salirme de la línea.

Hacerlo bien ya está de más.
Se me da bien descarrilar.
¡Volveré a decir que sí!
Me verás caer.

Todo es cuestión de prioridad.
Si la caligrafía le gana a la palabra,
dejaré de entrenar filosofías
y el pulso será el autor.
Cuestión de clase.
La inercia manda.

Hoy me distraigo con su voz.
Sigo la fuerza de un impulso,
de su antojo soy recluso.
En mi destino tengo un intruso.”

Este es el tema, líricamente, más cachondo del disco. Lo es porque tiene mucha juerga en su contenido. No obstante, a la vez es también el tema más autodestructivo. Entiendo que es algo habitual de estos procesos, el dejarse llevar, perderse, intoxicarse un poco para olvidar circunstancialmente lo que aprieta el corazón.

En el fondo hay mucha sensación de culpa en esta canción. Lo que viene a decir es que cuando “la inercia manda” uno deja de regir sobre su vida, la mano escribe el presente a mano alzada sin contenido ni filosofía. Eso es Inercia, perderse y no reconocerse a uno mismo. Descarrilar. Y yo descarrilé bastante en aquellos días.

06. Hojarasca

“Están aquellos que sentencian firme,
los que son clorofila y cosecha de devoción.
Y luego estoy yo, que no siento nada,
que ya no soy nada,
que me quedé en la estacada sin mi voz,
que subasté mi corazón a la tablilla del mejor postor.
Quién fuera luz entre esta sombra…
Quién fuera dueño de alguna pasión…

Creo que me voy…
Si total, ya no estoy.

Estoy de vuelta, soy una piedra,
soy hoja seca color marrón.
Mis hemisferios, hoy me delatan,
soy la hojarasca del árbol que murió.

Hace días que intento reunir el coraje necesario
para tirar del cabo y soltar el ancla de esta angustia.
Hace días que intento hilar algún concepto,
llenar un credo, tener recuerdos.
Hace días que intento descubrirme y no me encuentro.
No estoy fuera, no estoy dentro.
¡No estoy, simplemente no estoy!

Voy a dejarme ir, me secará el arroz.
Voy a perder el juicio con esta canción.
Gracias por esto,
no merecía que me ofrecierais esta opción
para darle chance a esta pasión.

Pero aquí estoy y lo aprovecho.
Ya no me voy.”

Esta canción relata lo que ocurre al fondo del pozo. Es la canción más triste del disco, el eje en el que bascula el descubrimiento del “Satori” como concepto. Hojarasca toca fondo para impulsar el disco de nuevo hacia arriba.

Fue la primera letra que escribí para el grupo, y recuerdo hacerla en pleno invierno de 2020, paseando con el perro entre hojas caídas aún del otoño, por el parque de San Blas. Recuerdo ir apuntando referencias en las notas del móvil y gritando a la nada. Tiene un juego lírico y poético muy curioso, con referencias botánicas “los que son clorofila y cosecha de devoción” “soy hoja seca color marrón”. Posiblemente mi tema favorito del disco a todos los niveles.

07. Arrecife

“Ya salí de las sombras,
me suicidé por fascículos,
hermané aquellos círculos
y me mudé a su intersección.

Sigo aquí gracias a vos…

A través de tu boca, quiero vivir en minúsculas
y que esculpas cual roca tus primeras esdrújulas.
A través de tus ojos, voy a mirar a poniente
y diseñar la quimera que te haga muy valiente.

Porque en tercera persona la vida es mejor.
Ahora estoy conectado a un vínculo mayor.
Cada vez que te caigas yo seré el bastón.
Tu serás capitana, te dejaré el timón.

El arrecife es tu historia, yo solo soy rompeolas.
Adiestrarás la marea, te enseñaré a hacerlo sola.
Para serte sincero, esto no va ser fácil.
Apartaré mi tintero para no hacerte dócil.

Porque en tercera persona la vida es mejor.
Ahora estoy conectado a un vínculo mayor.
Cada vez que te caigas yo seré el bastón.
Tú serás capitana, te dejaré el timón.

Seré tu líder a siniestra…
Ese que no eclipsa, ese que no te adiestra,
que deja la mano suelta a tu decisión,
que si acaso te avisa que va detrás de ti
y te recomienda el pundonor.
Que si te surgen sueños de grandeza,
que no te rayes porque no te interesan,
que es mejor aprender a viajar de polizón.
Pero te dejaré que escribas tus propias reglas,
que, sin ayuda ni atajos, pases tristezas
y te hagas fuerte con cada paso hacia las respuestas
y talles tu horizonte con cada reto
que te propongas vivir con pasión.
Puede que pronto ya no esté con vos…
Ni mi carne ni mis huesos.
Pero el mundo te traerá algo aún mejor:
un arrecife nuevo, lleno de ilusión.
Algo que algún día,
cuando te reencuentres con estas líneas,
te haga comprender esta canción.

¡Pequeño arrecife, ponle corazón!”

Arrecife” es una constante dentro de la historia de este disco. Representa el abandono del ego en pro de alguien superior. Descubrir por primera vez que tienes algo más valioso que tu propia vida. He querido aprovechar esta canción para dejarle una carta a mi hija que le dure para siempre y que pueda recurrir a ella cuando la necesite. Creo que quedó bonita y como además tenemos más padres en la banda, se han podido sentir todos muy identificados con el mensaje.

Mi hija se llama Coral, y líricamente he querido jugar con lo conceptual de su nombre. De esta manera, se pueden encontrar muchas referencias marinas en la canción, que van hilando una historia de mucho cariño, enseñanza y acompañamiento. Espero que algún día cuando la relea de mayor consiga emocionarla y sea un buen recuerdo para ella.

08. Satori

“Extraño el silencio apacible, la sensación del “stand by”.
Romper mi pulgar oponible, dejar salir al animal.
Harto de protagonistas que pisan a fondo sobre la pista.
Quiero sentarme en la parte de atrás,
ver la carrera desde otro lugar.

¡Quiero vivir de verdad!
¡Ser dueño de mi soledad!
¡No quiero tu caridad!
¡Apaga la luz al cerrar!

Miento si digo que puedo arrancarte ese dolor.
No hay chispa que encienda este leño si el fuego ya no da calor.

Ahora los días son austeros. Satori que calma los miedos.
Desando el camino que he hecho, repliego las armas por vos.

¡Quiero vivir de verdad!
¡Que crezcan las flores sin más!
¡Calmar el pulso y poder respirar!
¡Que apagues la luz al cerrar!

Harto de correr hasta allí,
“allí” nunca llega.
Harto de intentar salir,
girando en la rueda.

No necesito tu mando ni aprobación.
No voy a tenderte la mano en esta ocasión.

Estoy aquí, estoy aquí y ahora
(ya sé que hoy es siempre).
Estoy aquí, estoy aquí y ahora.

Voy a decirlo una última vez: no sigo con esto (¡sigo adelante!).
Ya tengo claro lo que voy a hacer (¡lo que soy!),
lo que voy a ser.

No seré tu segundo plato,
la guinda de tu pastel.
He dejado las metas a un lado,
mi faro soy yo (¡mi faro!).
La estela soy yo (¡la estela!).
La puerta soy yo (¡la puerta!).
La meta soy yo (¡la meta!).”

Esta canción es la victoria del disco. Tiene un punto crítico con la rutina, el seguir produciendo para el sistema sea cual sea tu estado de ánimo. Es una canción de reencuentro con una realidad superior, tangible, verdadera.

Como es quizás de las canciones más rápidas del disco, he querido plasmar en ella alusiones a carreras automovilísticas. Las referencias son muy visuales y pueden verse en la letra a simple vista. No hace falta que explique mucho más.

Ha sido un verdadero honor contar con Kantz como colaboración en esta canción, quien es probablemente una de las mejores voces y mejores talentos de la escena nacional. Además de un buen amigo de la banda.

09. Posdata

“Esto será una carta abierta para mi voluntad.
No lleva remitente, la sellan lenguas de complicidad.
Que quede patente mi respeto hacia el rival.
Ya he comprendido el juego, tengo el lápiz listo para disparar.
Puede parecer que abro comillas con una clara intención:
un atraco a punta de obsesión.
La sangre fluye y no, venzo a la razón.
Tiro los dados y esta vez elijo yo.
El pasado inspira una pequeña dosis de pasión.

Ganando la batalla estoy.
No me quejo, ya te tengo, a por ti que voy.

Escribo versos en esta densa habitación.
En formato simple, con astucia, oración tras oración.
Te dejo claro cual es tu situación:
estás contra las cuerdas, en mis manos yace tu reputación.

Años llevo luchando contra tu tempestad.
Articulando verbos, siendo sincero, una virtud te quiero confesar:

ya he aprendido cómo operas,
las caras que sueles mostrar;
lo bien que se te da la guerra,
lo mal que se te da esperar.

La gente cree que te hemos de ganar
y yo me he dado cuenta que no funcionará.
La respuesta quizás te pertenecerá,
pero el esfuerzo heróico es algo temporal.

Tu kriptonita es más amarga en realidad,
azúcar que no endulza.
Tu punto flaco es mi libertad.

Tengo una tesis apuntando a tu cabeza,
está cargada, la voy disparar:
“hoy es siempre todavía”.
Esa es la sentencia.
Cordial saludo, caballero.
Nada más que agregar.”

Esta canción es un cierre a la historia. Es el recordatorio del trabajo que costó llegar de nuevo a la felicidad. Es una carta abierta a la fuerza de voluntad, una gran enemiga a lo largo de toda mi vida. Una lucha incesante entre el anhelo y la apetencia.

En la canción la letra evoluciona hasta comprender el punto débil de la fuerza de voluntad, y es que el vencerla, no es cuestión de esfuerzo sino de pasión. La canción viene a decir que encontré su kriptonita: amar lo que hago. Solo así la pereza y los miedos desaparecen y no tienen razón de ser.

10. Tinta

“Que entre la luz de la mañana
como intrusa entre los párpados de todas mis persianas,
para dejar constancia de que sigo siendo consciente,
de que tengo un miedo latente.
Que prende, que arde, que siente…
Pero se derrite fácil, siempre con tu sal.

Tengo aquellas alas para poder volar
y un poco de tinta como estallidos de cristal.
Entre piedras de ironía y un puñado de armonías,
aún me queda tinta para alguna línea más.

Aunque no lo necesites
y aunque no lo hayas pedido nunca,
solo por ser tan bella y tan altruista,
me he guardado tinta para regalarte una línea más”

Esta canción es una outro que representa un homenaje a la música en sí. Conceptualmente está fuera de la historia. Es un pequeño agradecimiento a la misma, por ser el motor y transporte de todo este proceso. Es un agradecimiento a este disco, por darme la oportunidad de contar lo que me ocurrió.

Jorge Urosa

Jorge Urosa

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